ROBÓTICA

Humanos y Robots ¿Peligra nuestra libertad?

Artículo ha sido redactado por Antoni Garrell Guiu

Antoni Garrell Guiu es actualmente Presidente de HM Hospitales Catalunya y Presidente del Consejo Asesor de Talentea, y entre otros cargos de responsabilidad que ha ejercido podemos destacar el de Director General en la Fundación FUNDIT, consejero delegado en PREVINT o vicepresidente de la Fundación para la Industria de Sabadell.

Antoni Garrel Guiu

Este fin de semana hablando con una de mis hijas, investigadora en robótica e Inteligencia Artificial, sobre el impacto de las máquinas ‘inteligentes’ en la productividad de las empresas y su afectación en el mercado laboral, me confirmaba que la utilización de robots permite incrementos de productividad que se acercan al 25%. Un hecho que implica más competitividad, permitiendo un crecimiento empresarial más rápido y la creación de un empleo más cualificado y mejor remunerado.

Las afirmaciones de mi hija (Anais Garrell) están en línea con las conclusiones del estudio del National Bureau of Economic Research que, a principios de este año, explicaba que los robots ni destruyen empleo ni perjudican el mercado laboral.

Humanos y Robots ¿Peligra nuestra libertad

Sin embargo, los avances en robótica e inteligencia artificial se fundamentan en replicar e imitar, de forma mejorada, las capacidades humanas para aplicarlas en múltiples campos, no sólo en las tareas rutinarias y repetitivas. En definitiva, su objetivo principal es reducir el número de humanos requeridos y realizar los procesos más rápidos y precisos en todos los ámbitos y aplicaciones del saber.

Para algunos, yo entre ellos, trabajar con el objetivo de substituir los humanos, no parece la mejor línea de trabajo. De seguir en esta línea de diseñar e implementar máquinas para sustituir a las personas, el resultado será una progresiva deshumanización de la sociedad, la reducción de puestos de trabajo y el aumento de la desigualdad. De hecho, algunas publicaciones estiman que en 2030 el 50% de los puestos de trabajo serán ejecutados por robots. Un dato extremadamente preocupante en los países donde las tasas de paro ya son altas.

En el anterior contexto deberíamos ser conscientes que la tendencia de crear máquinas mejores que los humanos con el objetivo de sustituirnos, haciéndonos a la vez más dependientes de quien controla la tecnología, no es la mejor solución de futuro.

Ciertamente en la tecnosociedad, debemos ser más creativos, críticos y adaptables para afrontar los retos y oportunidades. Pero a mi entender, también más exigentes para que los robots y la inteligencia Artificial sirvan, como se hace en algunos campos, para potenciar a las personas tanto en su formación como en el desarrollo de su actividad en lugar de substituirlas.

Habría que trabajar en la búsqueda de la complementariedad entre humanos y robots. Trabajar conjuntamente potenciaría nuestras capacidades permitiendo percibir y comprender cosas que, para nosotros, son ahora imperceptibles. Expandiría nuestras habilidades individuales y aceleraría el progreso colectivo, haciéndonos más libres atendiendo a que seriamos los humanos los que retendríamos el poder de aportar valor y ser diseñadores de nuestro futuro.

Artículo redactado por: Antoni Garrell Guiu

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