ROBÓTICA

Brazo robótico quirúrgico para aneurismas cerebrales

La cirugía robótica es una de las tecnologías que más está evolucionando en el siglo XXI por la precisión de sus aplicaciones y por los nuevos tratamientos que ofrece. Puede ser que el más conocido sea el robot Da Vinci, aunque existen otras aplicaciones como el robot cirujano Bitrack.

Ahora la cirugía robótica abre nuevas alternativas en los procedimientos vasculares cerebrales, que es el último campo en el que un brazo robótico ha alcanzado el éxito. Esa es la información que han transmitido desde la Conferencia Internacional de Accidentes Cerebrovasculares de Los Ángeles, en EEUU.

Aneurisma cerebral operado por un brazo robótico

Se trata de un estudio realizado por un equipo de investigadores canadiense encabezados por Vitor Mendes Pereira, neurocirujano del Toronto Western Hospital y profesor de la Universidad de Toronto, en Canadá. Han trabajado en el desarrollo de una aplicación con la que realizar intervenciones cerebrales por medio de un robot. El objetivo es poder colocar con precisión milimétrica stents, microcatéteres, guías, bobinas y otros dispositivos que se emplean habitualmente en la cirugía endovascular.

Sin duda es una aplicación innovadora que, respecto a otros procesos, ofrece al cirujano un control absoluto y preciso en todos los niveles del movimiento y motricidad del equipo por medio de un pinza robótica de sujeción. Con esta técnica, se podrán realizar tratamientos de aneurismas intracraneales quirúrgico dentro de la cirugía neuro-endovascular. Otro aspecto importante es que el mejor cirujano del mundo te puede operar a miles de kilómetros de distancia gracias a las Redes 5G. Estas operaciones experimentales a distancia ya se han realizado con éxito en China en los últimos meses.

Para desarrollar el proyecto han contado con la colaboración de una empresa de robótica que les ha adaptación un software y hardware específico. Según el estudio, el brazo robótico se ha probado con éxito en seis pacientes con problemas intracraneales. Es el caso de una persona de 64 años a la que le colocaron un stent. Después de alcanzar el éxito en el primer paso, y aprovechando el microcatéter utilizado, aseguraron el aneurisma insertando varios espirales.

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