Consejos prácticos para evitar que las PYMEs cometan errores cuando se enfrentan por primera vez ante un proyecto de automatización
La automatización de un proceso productivo requiere de un periodo de estudio, aprobación del proyecto, desarrollo e integración. Condicionados en tiempo y forma por la magnitud de cada proyecto, lo más habitual es que transcurran entre 6 y 18 meses desde que se iniciaron los primeros contactos con la empresa integradora hasta que se da por concluida su integración con una puesta en marcha exitosa. Estos meses de espera son tan largos para el cliente como cortos y extenuantes para el integrador, una constante que nunca se invierte.
Si nos trasladamos a las fases anteriores por las que pasa el cliente, una vez ha detectado sus carencias productivas, se ha concienciado de qué realmente necesita automatizar su proceso y aprueba una previsión de fondos para afrontar la inversión, no son pocas las empresas que se dan de bruces contra un muro plagado de inquietudes. Algunas de las cuestiones más repetidas suelen ser, ¿Quién será mi partner tecnológico, cumplirá con mis expectativas productivas o cómo reduzco los riesgos para obtener el ROI deseado?
Estas reacciones se agudizan en tiempos de incertidumbre económica por la obligación de medir más que nunca el impacto de cada una de las inversiones. Para cumplir con las expectativas trazaremos una estrategia que se adecue a nuestras capacidades y limitaciones.
¿Cómo podemos automatizar una línea de producción?
Existen procesos ampliamente contrastados que ofrecen un retorno de la inversión más satisfactorio que otros, por lo que debemos asegurarnos que nuestra primera bala impacte en la diana para poder afrontar cuanto antes un segundo proyecto. Es prioritario centrarnos en las aplicaciones que precisen un aumento significativo de la producción, una mejora en materia de seguridad o de los niveles de calidad. Y siempre de menor complejidad a mayor, para controlar el gasto en tecnología.
La primera recomendación sería contactar al menos con dos proveedores para obtener un presupuesto. Tenemos a nuestro alcance un gran número de empresas integradoras compuestas por excelentes ingenieros y programadores, pero es frecuente encontrarnos a empresas de automatización que están especializadas en áreas muy concretas. El know-how adquirido tiene un valor incalculable que además de garantizarnos la calidad del producto final, evitará que se produzcan incrementos de costes no deseados en el proyecto.
Primeros pasos hacia una automatización exitosa
La robótica y la automatización industrial se apoya en un sinfín de tecnologías que nos permiten amplificar las capacidades de los procesos, y no solo a nivel cuantitativo, sino también cualitativo. Pues bien, si no ponemos freno a nuestra ambición y añadimos tecnologías que en un primer momento son prescindibles, corremos el peligro de sobrecostear la aplicación y lastrar nuestra carrera hacia la automatización. Cuando el presupuesto es ajustado, urge más que nunca ceñirnos a las necesidades primarias. Si por ejemplo nos disponemos a automatizar un puesto de paletizado, tal vez no es el momento idóneo para automatizar el flejado o el etiquetado de los palets por muchas ventajas que nos reporte.
En 2022 comenzó a asentarse en el sector de la robótica industrial la opción del leasing, una alternativa idónea cuando quieres dar tus primeros pasos hacia la automatización de los procesos. Esta fórmula facilita el acceso a la tecnología y permite a las empresas experimentar por primera vez con ella, aunque también es limitante. Ahí los fabricantes de robots colaborativos y robots AMR están llegando de manera más satisfactoria a los clientes, puesto que es más frecuente que sus instalaciones no precisen de grandes infraestructuras o equipos periféricos que incrementen la integración, más bien software, sistemas de visión o grippers para robots.
Otra alternativa con la que impulsar económicamente tu proyecto es encontrar empresas que ofrezcan medidas con las que financiar la inversión, retraso de las primeras cuotas, etc. Las empresas que durante los periodos convulsos invierten en automatizar sus procesos, son las que mejor paradas salen de las crisis económicas, gracias a que el aumento de la productividad les reporta una mejora competitiva. Ahora únicamente nos queda dar el paso y encontrar a tu socio tecnológico.
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