Ser cada día más competitivo es una carrera a largo plazo para todos los sectores industriales. Nos enfrentamos a retos que únicamente seremos capaces de afrontar por medio de la tecnología, como son el cambio climático, el retroceso demográfico y la falta de mano de obra cualificada en sectores estratégicos.
Hoy examinamos a Alemania, un país con una tasa de paro del 3,2 % a finales de 2019 que se ha convertido por méritos propios en el estandarte de la automatización en Europa.
Para entender mejor lo que está sucediendo en el país germano, tal vez no sea tan descabellado buscar respuestas a miles de kilómetros de distancia de Berlín, concretamente en Japón. El país del lejano oriente tiene una envidiable tasa de desempleo que ronda el 2,5 % que únicamente se ve empañada por la baja tasa de natalidad que sufren y la consecuente población envejecida.
Tras décadas de impedir la entrada de inmigrantes, el país se ha visto obligado a flexibilizar las leyes que regulan la llegada de mano de obra extranjera como medida de salvación. Aun así, el desarrollo de la róbotica Industrial y la innovación dentro del marco de la Industria 4.0, se ha convertido en el único camino en el que confían para poder remediar su grave desajuste demográfico.
Si regresamos a Alemania, se espera que en veinte años existan diez millones de puestos de trabajo que no puedan ser cubiertos por trabajadores. Efectivamente es una estadística, pero también un grave problema al que sólo podemos ofrecerle una respuesta satisfactoria, y es la de integrar un mayor número de robots en las empresas. Según un estudio realizado por Automática Trend Index 2020, en la actualidad las empresas industriales germanas que ya han integrado algún tipo de robot alcanzan el 77%.
Los trabajos más susceptibles de ser automatizados son los trabajos repetitivos, los que son de baja cualificación, los que están expuestos a ambientes nocivos para los humanos y los que por sus características están sometidos a trabajos pesados. Traducido en datos actualizados por la IFR, Alemania ocupa el quinto país del mundo con 216.000 robots industriales instalados.
Por lo tanto, integrar tecnología mecatrónica y robótica industrial a las empresas ha dejado de ser una alternativa de subsistencia, sino una necesidad urgente a la que aferrarse para poder seguir compitiendo en un mercado cada vez más globalizado.
Ahora la pregunta que podemos hacernos es, ¿seremos capaces de recortar la distancia que nos separa de Alemania en la próximo década?
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