Las nuevas tendencias de los mercados y las normativas vigentes demandan soluciones tecnológicas que ayuden a las empresas manufactureras a gestionar sobre sus fabricaciones mediante una trazabilidad digitalizada
La trazabilidad a lo largo de los procesos productivos, y más concretamente en los automatizados bien sea por medio de robots industriales o máquinas automáticas, ha logrado conectar la tecnología digital con la física para ofrecer una información esencial que permita optimizar las producciones.
Vivimos en tiempos de la Industria 4.0 y la globalización, donde la trazabilidad de los productos es un punto clave para el éxito de numerosas industrias, sobre todo en la industria alimentaria, farmacéutica y básicamente allí en donde se trabaja con materiales perecederos. Es por ello que las empresas están haciendo un esfuerzo titánico para adaptarse a los cambios de normativas de la mano de los avances tecnológicos que ofrece la automatización.
La trazabilidad de los productos, y más concretamente de los procesos, nos permite disponer de una valiosa información de todo cuanto sucede a lo largo de una línea productiva. Si bien Francis Bacon afirmó que “la información es poder”, también es sinónimo de calidad. La Trazabilidad 4.0 no es una consecuencia de la Cuarta Revolución Industrial, sino que forma parte de ella. La tecnología que precisa está compuesta por marcadores láser, sistemas RFID o lectores de barras entre otros sistemas, con los que conectar lo digital con lo físico por medio de dispositivos IoT.
Como hemos abordado en artículos anteriores, la Inteligencia Artificial está asumiendo un enorme protagonismo en el análisis de datos de los procesos que requieren la manipulación o inspección de los productos. Eficiencia y control en tiempo real con capacidad para trabajar a gran escala. Es evidente que el concepto de trazabilidad se ha diversificado para permitirnos alcanzar fabricaciones altamente optimizadas con las que dar una respuesta a las necesidades del mercado.