La integración de la visión artificial en la robótica industrial sigue una curva de crecimiento imparable dado el gran impacto que aporta en la mejora de las producciones de cualquier tipo de proceso.
Cada vez son más las empresas que están integrando robots industriales en sus líneas de montaje por las grandes ventajas productivas que ofrecen, y la visión 3D o visión artificial, se ha convertido en una herramienta imprescindible a la hora de automatizar tareas que hasta ahora se realizaban manualmente porque no existía una solución técnica que fuese capaz de dar respuesta a las necesidades.
Este avance tecnológico está siendo parte del imparable crecimiento que está sufriendo la robótica industrial, en donde según el último informe publicado por IFR (Federación Internacional de Robótica), en 2020 se alcanzó la cifra de 3 millones de robots instalados en todo el mundo y se prevé que para 2024 sean 5 millones los robots que estén trabajando en las fábricas de diferentes sectores industriales.
El impulso tecnológico que estamos viviendo conlleva mayores inversiones en I+D, lo que equivale a que dispondremos de sistemas robóticos mucho más eficientes y avanzados que los que tenemos actualmente. La visión 3D, encargada de proporcionar información sobre el tamaño, color, profundidad o posicionamiento de las piezas, también se ha visto contagiada por el crecimiento de la robótica industrial hasta alcanzar una fase de maduración tecnológica.
No obstante no debemos olvidar que el impacto que puede llegar a proporcionar esta tecnología dependerá del tipo de producto, el presupuesto o el equipo periférico que a fin de cuentas determinará el grado de integración de la visión artificial. Los procesos necesitan que de manera autónoma los robots sean capaces de reconocer los objetos y situar las piezas en cualquier posición. Para lograr obtener información del entorno existen diferentes técnicas, como puede ser la triangulación láser o la luz estructurada. Esta última consiste en la creación de una fina banda de luz sobre la que se proyecta un patrón. Las cámaras recogen las líneas curvas de la luz y generan una imagen 3D del objeto. La técnica del Tiempo de Vuelo (ToF) o la visión en estéreo son otras aplicaciones muy utilizadas por los profesionales del sector para extraer información precisa y detallada de las piezas.
Ventajas de la Visión 3D
Los sistemas de visión en 2D únicamente pueden ubicar piezas en un plano en relación con el robot, mientras que la visión 3D pueden identificar piezas colocadas en tres dimensiones (ejes XYZ) y definir la orientación 3D de cada producto. Ésta es una capacidad clave para una recogida de piezas eficiente en procesos de Bin Picking y Pick & place.
Otro de los grandes beneficios que aporta la integración de la visión 3D es que ahora los brazos robóticos pueden adaptarse a las incidencias que se producen en las líneas de montaje y realizar las modificaciones que sean pertinentes para evitar que estas se detengan. Se consigue gracias a que disponemos en tiempo real de la información que nos proporcionan las cámaras que permiten realizar las correcciones necesarias.
El protagonismo de la visión artificial seguirá creciendo en los próximos años en diversas áreas industriales y en el sector logístico, en donde el aprendizaje automático está teniendo cada vez mayor presencia dada la flexibilidad que ofrece para amplificar las capacidades de los robots colaborativos, los robots Delta o los robots Scara, entre otros. En un entorno productivo en donde las fabricaciones cada vez son más exigentes, el desarrollo de esta tecnología nos permitirá ser más precisos y eficientes, y por lo tanto lograremos enfrentarnos a retos productivos que hasta ahora no éramos capaces de automatizar.