Abordar un proyecto de automatización tiene sus ventajas y sus desafíos, siendo probablemente el más inquietante de todos ellos cuando se presenta el ROI (Retorno de la Inversión). Si estás preparado para obtener los beneficios que brindan las soluciones automatizadas, debes de conocer la siguiente información sobre qué valores debo de tener en cuenta a la hora de calcular el ROI.
Los equipos industriales, ya estemos hablando de sistemas de visión, procesamiento de datos, sistemas automáticos y robots industriales, han reducido sus costes en los últimos años además de ser más fiables. A la hora de entender un nuevo proyecto de automatización debe de valorar diferentes consideraciones, como pueden ser las ventajas competitivas que aportará a su compañía, la flexibilidad y el aumento de la productividad que le puede proporcionar. El ROI es un valor que mide diferentes métricas que debe ser considerado como parte de una estrategia global que transformará un proceso, pero también a su empresa.
Es por ello que es importante añadir al ROI factores que no solo se centran en reducir los costes de fabricación, sino también en temas de seguridad, fiabilidad en la producción y en la mejora en la calidad del producto, claves más cualitativas que contribuyen a reducir las bajas laborales y a tener un cliente más satisfecho. Si incluimos estos factores tan reseñables a la hora de analizar el retorno que nos ofrece una inversión, aportaremos un valor añadido al proyecto que tal vez sea el punto de inflexión para que sea aprobado.
De este modo, frente a un proyecto de automatización, tenemos que enfocar que el ROI es solo el comienzo de los beneficios que nos va a aportar un nuevo proceso. La satisfacción de nuestros clientes, pero también la de nuestros colaboradores, mejoran nuestra posición en un mercado cada vez más competitivo. Hay que tener en cuenta que la implementación de procesos automatizados provoca el movimiento del personal, una oportunidad que debemos aprovechar para capacitarles con el objetivo de que desarrollen tareas que aporten mayor valor añadido, como puede ser en la programación de los equipos o destinarlos a procesos de control de calidad.
Algunos de los procesos más rápidos de implementar en las empresas es el transporte de materiales por medio de robots móviles autónomos, el montaje de piezas en las líneas de producción, procesos de soldadura robotizada o el paletizado de los productos. Este último es un trabajo especialmente duro, repetitivo y que a medio y largo plazo causa lesiones. Si sustituimos ese puesto por un robot, y formamos al operario en programación, a buen seguro que obtendremos un equipo más satisfecho y comprometido con la empresa.
Si hacemos un repaso a las métricas que proponemos que deben influir a la hora de valorar el ROI de un proyecto nos encontramos que tenemos un:
- Mayor rendimiento
- Reducción de costes
- Mejora de la calidad
- Menor número de accidentes
- Mayor satisfacción del cliente
- Trabajadores más comprometidos
Hoy en día tenemos a nuestra disposición soluciones inteligentes que nos permiten monitorizar nuestras producciones y transformar de este modo nuestro modelo productivo por la senda de la Industria 4.0. Gracias a la tecnología tenemos la oportunidad de reducir los costes, detectar cuellos de botella, mejorar la calidad del proceso o disponer de inventarios en tiempo real. Gracias a toda esta información podemos diseñar e implementar mejoras en las producciones que ayudarán a nuestra organización a seguir creciendo.
Una vez quitados los miedos a los retos de la primera implementación, es más viable y rápido poder estandarizar y replicarlo a otras líneas similares de la empresa, favoreciendo el crecimiento exponencial de la misma. No obstante la estrategia debe de estar correctamente definida para poder elaborar un plan de automatización que sea sólido, escalable y satisfactorio.