La startup Robota consigue reducir los costes de la esterilización de instrumentos médicos por medio de una célula automatizada con un robot KR 6 AGILUS de KUKA
La higiene es una de las mayores premisas en centros médicos como pueden ser desde hospitales hasta clínicas. El proceso manual de esterilizar los instrumentos requiere de muchas horas de trabajo y por supuesto repercute en el coste del servicio que se le ofrece al cliente.
En la localidad italiana de Valsesia, el Dr. Castagno ha buscado una solución que le permita automatizar un proceso tan relevante para su clínica dental. «El asistente tenía que encargarse de la esterilización de las herramientas y fresas, lo que llevaba más de seis horas cada día. Así que el problema no era en absoluto secundario», afirma el Dr. Castaño.
En 2018 la Dra. A Castagno se le ocurrió la idea de automatizar este proceso para aliviar al personal e invertir el tiempo ganado en el tratamiento de los pacientes. El dentista empezó a aprender sobre automatización y robótica industrial online, y conoció a Marco Galván, que tenía un amplio conocimiento de la industria, con el que decidió fundar la startup Robota para desarrollar un proyecto que le permitiese automatizar la limpieza de instrumentos médicos.
«Amigos y familiares apoyaron nuestra visión y nos ayudaron a construir el primer prototipo real», dice el Dr. Castaño. El prototipo tomó forma y también despertó el interés de otros dentistas. La idea de convertirlo en un producto vendible cobró fuerza. Entonces el dentista recurrió a KUKA.
Hoy en día, los pacientes que entran en su consulta dental pueden contemplar la célula robótica en donde un robot de KUKA se encarga de la limpieza de los instrumentos dentales. El funcionamiento de la celda de esterilización compacta comienza con la carga manual de la máquina con los instrumentos utilizados. Luego, los instrumentos se descontaminan, enjuagan, desinfectan automáticamente mediante procesos químicos y mecánicos , se lavan y se colocan en una estación de secado.
El robot KUKA KR 6 AGILUS reconoce los instrumentos dentales y los mueve a través de los pasos de esterilización por medio de un gripper robótico. En la fase final, cada herramienta se empaqueta y esteriliza individualmente para que esté lista para el siguiente uso. Una vez cargada la celda de esterilización, también puede funcionar sin supervisión humana, incluso después de que la consulta dental esté cerrada. El personal se libera de esta tarea desagradable y poco ergonómica y puede cuidar más intensamente a los pacientes.
«Al principio no sabíamos cómo reaccionarían los pacientes ante un robot del equipo médico, pero pronto nos dimos cuenta de que combinaban la isla de limpieza con un alto nivel de higiene», concluye el Dr. Castaño.
Fuente: Kuka.com
