El sector textil se ha tenido que reinventar para adaptarse a los nuevos modelos productivos encontrando en la robótica industrial una herramienta eficiente que le permite optimizar sus procesos.
A diferencia de las máquinas automáticas que han sido diseñadas para realizar un proceso específico, los robots industriales son capaces de adaptarse rápidamente a las necesidades productivas de las empresas favoreciendo un rápido retorno de la inversión realizada en los equipos (ROI). De este modo, en tan solo unas semanas pueden ser reacondicionados en nuevas líneas de fabricación a las que tan solo se tendrá que agregar los equipos periféricos y los grippers que requiera el nuevo proceso.
A pesar de que la industria textil fue la primera en automatizarse en el s. XVIII, hasta hace bien poco se había mostrado impermeable ante la erupción de la robótica industrial dadas las particularidades que tiene el sector. Si bien es cierto que los procesos de fabricación disponen de una tecnología muy avanzada para la formación de hilos, mezcla del algodón o el cardado, existen otros procesos que debido a su complejidad se venían realizando hasta la fecha manualmente. Gracias a los robots industriales ahora estamos en disposición de automatizar procesos que son realmente delicados e impredecibles debido a que los materiales se deforman y se estiran cada vez que se manipulan.
Algunas de las aplicaciones que más se están beneficiando de la inserción de los brazos robóticos en el sector es la impresión y serigrafía de dibujos sobre la ropa, un proceso que en ocasiones precisa de trayectorias complejas que son programadas sin ninguna dificultad desde la consola.
También podemos verlos manipulando placas y fardos pesados de materias primas, e incluso en la impresión en 3D de fibras para la fabricación de ropa especial, como puede ser la que utilizan los cuerpos de emergencias. Al igual que sucede en otras industrias como por ejemplo en la del metal, los robots se están mostrando especialmente útiles en la atención y cuidado de máquinas CNC.
Para que nos podamos hacer una idea del crecimiento que está experimentando el sector de la robótica industrial, un informe presentado recientemente por IFR (Federación Internacional de Robótica) afirma que en 2020 había 3.000.000 de robots instalados en todo el mundo y se prevé que para 2024 haya instalados más de 5.000.000 de unidades.
Tanto los cobots como los robots industriales han llegado a nuestras fábricas para mejorar nuestra calidad de vida, realizando tareas repetitivas, tediosas o pesadas, evitando que se produzcan lesiones entre los trabajadores. Además de ofrecer producciones automatizadas de calidad y muy precisas, se adaptan perfectamente a los aumentos de pedidos por parte de los clientes, pudiendo trabajar si lo requiere el proceso de manera totalmente autónoma las 24 horas del día.
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