La ola de calor ha pasado dejando unas temperaturas infernales en casi toda la península y los medios de comunicación se afanaban en darnos consejos sobre cómo permanecer a la sombra, intentar no salir en las horas centrales del día y, obviamente, beber muchos líquidos. Sobre todo, agua.
Agua… Ese líquido tan necesario que, sin embargo, tengo la sensación de que apenas valoramos la importancia que tiene en nuestras vidas. Nos hemos acostumbrado a que siempre está ahí. Abrimos un grifo, vamos a la fuente, bajamos al río…
Durante este siglo el desierto se extenderá desde la Costa del Sol hasta rozar la Cordillera Cantábrica.
Para nuestra desgracia la desertificación en países como España es cada vez es más visible. Según un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente sobre los “Impactos del Cambio Climático en los procesos de desertificación en España”, durante este siglo el desierto se extenderá desde la Costa del Sol hasta rozar la Cordillera Cantábrica. Es decir, casi un 80% de la superficie del país.
La escasez de lluvias junto con largos ciclos de sequía y temperaturas altas sólo empeoran esta situación, y el agua acumulada en los embalses a fecha de hoy es de un 57,52%. No está tan mal, ¿eh? Ahora es cuando os digo que el año pasado en las mismas fechas, los embalses estaban a un 71,92% de su capacidad, un 14,4% menos. ¿Qué me decís ahora?
Revolución agrícola digital
En España el sector agrícola tiene un peso importante (hablamos de 749.000 ocupados en 2017 y un volumen de facturación de 23.000 millones de euros). Sabedores de la necesidad del agua para sus cultivos, los agricultores están apostando por las nuevas tecnologías aplicadas a su sector, basadas en Inteligencia Artificial e “Internet of Things” para luchar contra la desertificación y así lo demuestran acudiendo a foros y adquiriendo tanto información como formación sobre estos temas.
Gracias a dispositivos controlados por el Internet de las Cosas, se obtiene una serie de datos que proporcionan una visión global del problema y con ellos la Inteligencia Artificial puede realizar algoritmos que facilite a los científicos hallar soluciones de forma rápida y ágil. En la distribución de agua de regadío, por ejemplo, la IA permite conocer la demanda, evitar pérdidas en la red e incluso contratar la energía para disminuir el consumo.
Murcia y Aragón, tecnología hídrica para frenar la desertificación
En Murcia, gracias a una beca de Microsoft denominada “AI for Earth”, los investigadores unirán herramientas de Machine Learning con técnicas de analítica de datos geoespaciales y de visión artificial para construir un modelo predictivo de aportación y demanda de agua en el sector agrícola. Mientras tanto, en Aragón se han colocado dispositivos IoT que recogen una serie de datos (temperatura, humedad) con los que entrenan a la IA para que facilite las decisiones a tomar en cada momento de la producción y poder realizar un seguimiento de los cultivos en tiempo real y de forma detallada.
Preocupación global
Esta preocupación no concierne únicamente a España. El calentamiento global es un hecho que no se puede esconder.
S4 AgTech, empresa argentina, son los precursores del primer índice mundial para cubrir los efectos de las sequías. Utilizando satélites de la NASA, analiza los signos vitales del planeta con Machine Learning. Y mediante algoritmos, su tecnología reconoce el tipo de cultivo de cada imagen y determina su crecimiento para proteger las cosechas ante cualquier imprevisto.
Las nuevas tecnologías ayudarán a los agricultores por medio de la robótica agrícola a optimizar los recursos acuíferos sin que se desperdicie ni una gota de tan preciado líquido, pero no olvidemos que también es obligación de cada individuo no malgastar. Estamos de prestado en este mundo, cuidémoslo para las siguientes generaciones.
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