Las soluciones automatizadas para el picking de los productos están transformando la industria logística, un impacto sin precedentes del que ya no hay vuelta atrás
Son muchas las necesidades que existen en el sector industrial y logístico, y a pesar de las singularidades que existen en cada una de ellas, hay elementos que las han unido de manera irreversible gracias a los avances que se han producido en la tecnología robótica, la visión artificial y el Deep Learning.
Si nos olvidamos por un momento del tan deseado aumento de las producciones, la industria precisa de soluciones automatizadas que garanticen la calidad del proceso, que sean escalables y que reduzcan las tasas de errores que cometemos los humanos. La correcta preparación de los pedidos es uno de los mayores desafíos del sector logístico, el cual se ha visto tensionado en los últimos 3 años como consecuencia del incremento sin precedentes que han padecido en la demanda de los pedidos.
Para lograr contrarrestar las necesidades del sector se están adoptando soluciones automatizadas que, además de ser cada vez más más accesible para las empresas, están ampliando sus capacidades gracias al desarrollo de las prestaciones de los softwares. Es aquí donde coge protagonismo la eclosión de la robótica colaborativa, tanto por parte de los cobots como de los robots AMR, dos sistemas diseñados para reducir el impacto de la huella en las instalaciones del cliente y en su modo de producir.
Si bien es cierto que las soluciones Good to Person que proporcionan los AMR ofrecen una tecnología realmente madura, rápida y eficiente para realizar el picking de los pedidos, el proceso de despaletizado, la recolección de los productos de las cintas transportadoras o de los propios contenedores que transportan los robots móviles, han sufrido una gran transformación al favorecer la automatización completa del layout integrando robots colaborativos.
El crecimiento interanual por encima de los dígitos que está experimentando el sector demuestra que el temor de las empresas a automatizar un proceso y reducir la producción es cosa del pasado. Esta complicidad se ha fraguado gracias al desarrollo que ha experimentado la robótica colaborativa, pero también al del hardware y software de los equipos periféricos. Cámaras y sensores de última generación captan información de los productos para que, en función de los parámetros establecidos, los algoritmos sean los que tomen las mejores decisiones a la hora de manipular los productos.
Cuando el cliente precisa de una alternativa al modelo tradicional de recolección de piezas, a su vez busca que su almacén gane en eficiencia y en flexibilidad. La tecnología robótica garantiza un mayor rendimiento, una mejora de la calidad, de la trazabilidad y una reducción significativa de los errores, y por ende, de los costes de producción. A este aspecto debemos de añadir las dificultades existentes en el sector para encontrar personal cualificado que pueda rotar, ampliar la plantilla o los turnos en periodos estacionales, los recursos que se invierten durante la formación a los nuevos operarios o las dificultades que existen para cubrir las bajas o vacaciones de los trabajadores. Si bien es cierto que el ROI es un condicionante crítico a la hora de tomar una decisión, las empresas que buscan mejorar su competitividad deben asimilar que la tecnología robótica es una herramienta que garantiza la eficiencia de nuestras operaciones logísticas y productivas.
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