Los robots industriales potencian las capacidades productivas de los procesos a la vez que impulsan a que los trabajadores desarrollen sus competencias y aporten mayor valor añadido a las empresas.
En la última década se ha producido un aumento significativo en la implementación de robots dentro del sector industrial, un proceso de transformación del modelo productivo que a su vez ha fomentado cierto temor a que los robots puedan reemplazar los puestos de trabajos de millones de personas en el mundo.
La realidad es que los robots industriales han sido creados para aumentar la productividad y mejorar la calidad de los procesos, no para eliminar la mano de obra de los humanos. Es cierto que el sector está sufriendo una transformación importante y ahora demanda perfiles profesionales capacitados en mantenimiento, programación y análisis de datos, por lo que es clave entender que necesitamos profesionales que se formen en dichas competencias.
¿Acaso los robots, automatismos y accesorios periféricos no tienen que ser reparados y reconfigurados? A mayor nivel de automatización en nuestras líneas de producción mayor número de personas deben estar preparadas para solventar paradas no planificadas, atascos en las líneas o realizar las modificaciones pertinentes ante un cambio de referencia.
Si nos fijamos en los robots móviles autónomos han sido diseñados para adaptarse perfectamente a las necesidades de los almacenes y líneas de montaje sin tener que requerir de la instalación de estructuras permanentes como las soluciones automatizadas tradicionales. Gracias a su flexibilidad y adaptabilidad, estos sistemas liberan a los trabajadores de actividades repetitivas para que en su lugar puedan realizar tareas en el almacén que aporten mayor valor añadido.
A su vez los fabricantes de robots colaborativos se han esforzado en diseñar soluciones que permiten a los operarios amplificar sus capacidades productivas, convirtiéndose de este modo los cobots en herramientas que les facilita realizar su trabajo. Además, y aprovechando su sencillez, ellos mismos pueden reconfigurar y reprogramar los cobots con una pequeña capacitación, permitiendo su desarrollo profesional a la vez que se transforma de manera natural sus competencias y su rol dentro de la empresa.
Si la robótica se diseña pensando en los usuarios finales podremos incrementar el valor de la tecnología para la organización gracias a que estos sistemas recopilan datos que son analizados para crear flujos de trabajo más eficientes e identificar nuevas áreas en la que los operarios puedan aportar mayor valor al proceso.
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