Quién va a ser el encargado de sostener la Seguridad Social es uno de los temas fundamentales que plantean los expertos viendo el desempleo que va a provocar la automatización robótica de la industria y del sector servicios. En Revista de Robots te desentrañamos cuáles son las claves que permitirán que la S.S. continúe siendo sostenible.
¿Los robots deben cotizar a la Seguridad Social?
Los sistemas digitales y los robots son máquinas inteligentes que se están expandiendo a un ritmo vertiginoso. Las cifras de inversiones anuales en la automatización de los puestos de trabajo auguran que en los próximos años el aumento va a ser aún mayor. Según McKinsey Global, para el 2030 el 20% de los trabajos a nivel mundial habrá sido automatizado, mientras que para el 2040, la cifra alcanzará el 47% de los empleos, según un estudio de la Universidad de Oxford.
Ello conlleva irremediablemente a que los humanos perdamos nuestro trabajo en detrimento de los robots, siendo algunos sectores más susceptibles que otros a ser automatizados. Pepe Alvarez, el líder de UGT fue más allá al asegurar que “los salarios de los trabajadores se verán reducidos, del mismo modo que las cotizaciones a la S.S., y todo ello en detrimento de las pensiones y los sistemas públicos”.
Si la tasa de desempleo aumenta, ¿quién va a cotizar a la seguridad social?. Para que el sistema sea sostenible requiere un equilibrio entre los gastos y los ingresos que se generan gracias a la cotización generada por las personas. ¿Nos enfrentamos al mayor reto social de las últimas décadas después del coronavirus?
Sin duda es una pregunta que está generando grandes discusiones y por supuesto con opiniones e intereses contrapuestos. Los empresarios advierten que no se debe gravar fiscalmente el uso de robots, ya que implicaría un frenazo en las inversiones que provocaría una desaceleración en el sector y una pérdida de competitividad respecto a los países que no paguen impuestos por su uso. Además, ¿qué máquinas deberían de sufrir una presión fiscal y cuáles no? Las máquinas automatizadas han existido siempre, mientras que los sistemas digitales controlados por Inteligencia Artificial tampoco se encuentran bien definidos. Parece que el asunto requiere un acuerdo global, ¿será posible?
Qué podemos hacer para contrarrestar el desempleo
La comisión europea trabaja en desarrollar una directiva que identifique y acuerde una serie de normas civiles respecto a la robótica. También se ha propuesto darle una personalidad digital o jurídica a cada dispositivo, algo que ha generado un gran rechazo porque resulta ser un tanto descabellado.
Otra de las opciones que se barajan es aumentar la presión fiscal sobre las empresas más automatizadas. Parece que podría ser una solución más lógica, aunque por supuesto desigual para todos los empresarios, ya que un aumento de robots no siempre equivaldrá a un aumento de los beneficios.
¿Qué pasará con las personas que vayan al paro?
Muchas personas que en la actualidad tienen un empleo que es susceptible de ser automatizado tendrán que tomar una decisión, y es reciclarse laboralmente o engordar las listas del paro. Las máquinas son precisas, incansables y abaratan el coste de producción, es decir, ahí no vamos a poder competir con ellas.
Es por ello que debemos mentalizarnos que nuestro futuro laboral debe enfocarse en formarnos en trabajos en los que los robots no van a poder sustituirnos, como son los que llevan adheridos capacidades humanas y sociales, que aporten creatividad, capacidad emocional y liderazgo, además de ofrecer cualidades como la empatía y la intuición.
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