La pandemia ha cambiado sustancialmente nuestros hábitos y el comercio minorista urge ser automatizado para poder adaptarse a los cambios de comportamiento del consumidor
Es difícil de cuestionar que el coronavirus ha impulsado la aceleración del crecimiento de las compras online. Si tomamos como ejemplo a Estados Unidos, un indicador fundamental para la visión global del mercado, en 2010 el comercio electrónico generó 169 mil millones de dólares, mientras que en 2019 las transacciones rozaron los 600 mil millones.
Antes de la pandemia, concretamente en 2018 y 2019, en EEUU el ritmo de ventas tuvo un crecimiento interanual del 15% y a falta de que concluya el 2020, algunos informes como el publicado por eMarketer hablan de la posibilidad de que en este año lleguen a superar el 20% de crecimiento respecto a años anteriores.
Si analizamos la situación de España, en 2019 aumentaron las ventas de los eCommerce en un 25% respecto a 2018. La situación de inseguridad sanitaria ha favorecido a que muchas personas hayan modificado sus hábitos de compra y experimentado las virtudes del comercio electrónico. Simplemente durante el periodo de confinamiento que padecimos en primavera, según un estudio de Empathy.co, 7 de cada 10 españoles compraron en algún momento en internet. Si profundizamos en lo que sucedió entre los meses de abril y junio de 2020, el incremento de ventas online ascendió a un histórico 67%. Se prevé que esta nueva experiencia de usuario acelerará aún más el número de compradores en los años venideros.
En tiempos de incertidumbre económica, ser capaces de responder a las características de la demanda actual por medio de la automatización sentará las bases que nos permitan ser más competitivos y flexibles a la hora de aumentar la productividad.
En la actualidad dentro de la Industria 4.0 existen múltiples opciones para afrontar los retos a los que nos enfrentamos. La automatización de los almacenes por medio de robots móviles autónomos y los sistemas de paletizado, garantizan la trazabilidad de los productos, la flexibilidad ante el aumento de la demanda y la calidad del servicio. Además, ayudan a optimizar la gestión del espacio y por supuesto permite garantizar la salud de los trabajadores.
Los tiempos de implementación de robots de almacén para logística se han reducido considerablemente gracias a los software de simulación con los que analizar previamente el comportamiento de las rutas de entrega. La capacidad de controlar en tiempo real todo cuanto sucede, permite optimizar los procesos y alcanzar la eficiencia de los mismos. Todos estos aspectos son claves a la hora de obtener un rápido retorno de la inversión (ROI) que nos garantice salir de la transformación siendo realmente más competitivos.
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