ROBÓTICA

Cuál es el estado y la evolución de la robótica industrial ¿Cumple con los retos productivos de la industria?

La robótica industrial ha logrado en la última década asentarse en nuevos escenarios productivos en donde la innovación tecnológica está proporcionando soluciones automatizadas de alto rendimiento que garantizan tanto la calidad de las producciones como la de los puestos de trabajo. Se ha avanzado a un ritmo impresionante, sin embargo todavía quedan muchos desafíos por delante que nos gustaría compartir contigo.

Sin lanzar las campanas al vuelo, es incuestionable que la robótica colaborativa nos está adentrando en nuevos escenarios productivos. Con un crecimiento imparable en las ventas, este tipo de robot industrial están permitiendo a las pequeñas y medianas empresas tener acceso a una tecnología que facilita la posibilidad de plantear entornos colaborativos (previo análisis de seguridad, por supuesto).

Cuál es el estado y la evolución de la robótica industrial

Los cobots son cada vez más potentes y versátiles, con mayor alcance de brazo y precisión, y además se adaptan perfectamente a los entornos higiénicos exigentes gracias a la mejora de los grados de protección. Tenemos muchos ejemplos de robots, uno de ellos es el modelo presentados por KUKA de la serie LBR iisy, con una protección IP54, aunque existen otras soluciones robóticas para la industria alimentaria y farmacéutica aún más rápidas, como los KR SCARA con una IP54 o como es el modelo KR Delta, con una protección IP67 e IP69K que les permite ser sometidos a limpiezas con productos alcalinos o ácidos para cumplir con las normativas de dichos sectores.

Vaya por delante que además del fabricante alemán KUKA existen otros fabricantes de primer nivel mundial que siguen en la misma línea, ya sea Yaskawa, ABB, Fanuc, Kawasaki o Stäubli, entre otros.  

Robots industriales

Si en los últimos años la industria alimentaria se está viendo complacida con la evolución de la robótica industrial, y es que atrás quedan las décadas en las que sólo estaba al alcance del sector automotriz, el resto de industrias se están viendo igual de recompensadas. Las mejoras que se están produciendo en tecnologías asociadas como la visión artificial, Inteligencia artificial e incluso en la tecnología para el final de brazo (EoAT) como son sus grippers, están logrando reducir y abaratar la brecha entre la producción manual y la automatizada.

Como hemos señalado anteriormente la Inteligencia Artificial, ya sea por medio de Deep Learning o Machine Learning, está permitiendo procesar el gran volumen de información que recoge la tecnología sensórica de los equipos con el fin de dar respuesta a las aplicaciones más complejas. Detectar el volumen de un producto y su correspondiente estado, si por ejemplo hablamos de una línea de envasado de conservas, nos permite garantizar qué productos pueden ser seleccionados y cuáles no para cumplir con el estándar de calidad que exige el cliente. Y todo ello sin precisar de la intervención humana durante el proceso. Esta capacidad de interpretación está impulsando la automatización de procesos que hasta hace bien poco era imposible de imaginar.

KR DELTA de KUKA

Evolución de la robótica industrial

Los esfuerzos de los fabricantes se están volcando en desarrollar softwares cada vez más intuitivos que, evidentemente dependiendo de la aplicación, en tan solo unas horas permitan que alguien sin experiencia previa en programación pueda poner en marcha un equipo. Con soluciones más sencillas de programar, las inquietudes de los clientes se reducen significativamente a la hora de implantar aplicaciones destinadas a trabajar con un mayor número de referencias que precisen frecuentes cambios de programación.

Copalletizer de Inser Robótica

La integración de aplicaciones colaborativas, ya sea por medio de cobots, robots AMR o aplicaciones mixtas, ha dado un vuelco al modo de plantear un proceso de automatización. Si hasta hace bien poco únicamente teníamos la posibilidad de automatizar procesos dentro de células o vallados de seguridad, los sensores de presión o de fuerza que incorporan los ejes de los robots colaborativos han transformado el modo de encarar los retos en materia de seguridad. Pero por sí solos en muchas aplicaciones no es suficiente, y es por ello que contamos con escáners de seguridad y sistemas láser, por no mencionar otros sistemas como el que ofrece Airskin, que nos permiten adaptar las necesidades productivas en función del grado de intervención humana que precise el puesto de trabajo. Un ejemplo es el sistema Copalletizer desarrollado por Inser Robótica, en donde crea entornos de trabajo que al detectar la presencia de los operarios reduce la velocidad o paraliza la aplicación de paletizado.

Algo de lo que estamos muy seguros es de que el futuro de la robótica industrial pasa por seguir dotando a los robots de mayor inteligencia, y por ende de mayor autonomía a la hora de tomar decisiones, es imprescindible. La implantación en las fábricas de las redes 5G tiene mucho que decir en este sentido, es innegociable para potenciar el IIoT. Como recientemente aseguró para Revista de Robots Laurent Bodin, Managing Director de Yaskawa Ibérica, “Los robots inteligentes permitirán a las empresas actualizar sus productos con más frecuencia y así responder más rápidamente a los cambios en las demandas del consumidor, ofreciendo productos a medida sin tener que subir los precios”.

Las soluciones colaborativas se implantarán cada vez más en los centros de producción, y no sólo nos referimos a los robots colaborativos, sino al resto de equipos. A medida que seamos capaces de seguir desarrollando áreas de trabajo totalmente seguras, facilitaremos la implantación de un mayor número de equipos reduciendo la huella de la aplicación y por supuesto el coste de la inversión.

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